El motivo de que estemos aquí es el dolor. El dolor y la necesidad de ocultárselo a la persona que lo provoca. Ya sea por no hacerle daño, o por no admitir que nos están desgarrando las entrañas. Nos hemos reunido aquí para desahogar la pena que nos araña el corazón.


sábado, 8 de enero de 2011

Limbo


Siempre que me duele el corazón me siento en el limbo, entre el cielo y el infierno, lejos de la tierra, lejos de todo lo que realmente quiere hacerme humana. Me siento a años luz de la realidad. Me siento perdida, como flotando, sin que nada llegue realmente a tocarme como siempre. Cuando me duele el corazón dejo de ser intensa, tengo miedo a quedarme sola, a que no haya nadie para mí, que me aguante, a quien quiera...

Lo único en lo que puedo pensar ahora mismo es en un beso. Sólo un beso. O quizás también una caricia. Lástima que desde hace algún tiempo los besos y las caricias tengan nombre, apellidos y hasta rostro concreto... Porque pensar en besar a otras me pincha en el corazón como una daga oxidada. Pensar en besarte a ti hace arder a mi corazón. Pero con el fuego del purgatorio, con el dolor de permanecer en el limbo sin saber siquiera lo que está pasando, lo que estoy viendo o si es que camino hacia algún lugar. 

Es terrible ver que tu vida es buena, pero precisamente porque estás en el limbo no disfrutas de ella como deberías, que vas dejando pasar oportunidades, que dejo que la gente se escape de mi vida, que permito que las personas nuevas no entren... Y todo porque no puedo tenerla a ella. Todo porque ver que no es posible me vacía el corazón después de tanto tiempo llenándolo de posibilidades. No puedo evitar preguntarme si me dejé engañar, aunque no quiera creer eso por nada del mundo. Quizás tenía que haber hecho más caso a lo de que "las palabras sólo son palabras". Quizás soy la única para la que las palabras significan algo diferente, significan sentimientos, promesas, ideas, futuros, posibilidades... Pero para bien o para mal, soy diferente al resto del mundo, cada vez veo más las diferencias y menos las similitudes. Porque cada vez me siento más una bacteria en un organismo sano. Y eso es incompatible. Y de alguna forma o de otra, el cuerpo ganará la partida y la bacteria se irá a la mierda.

Y sin embargo, qué bien estoy cuando no recuerdo pensar en ti...


 

1 comentario:

  1. Deus.. como te comprendo. Esa sensación de apatía, de estar nunha constante levitación que supera todo a existencia material que te rodea. Que queixa deberíamos ter? Temos un prato con comida tódolos días, saúdo física (aínda que non sentimental) e diñeiro no peto por se for preciso. Que demo facemos entón? Supoño que seguir fielmente a pirámide de Maslow e sempre aspirar a máis ata chegar á autorrealización. Pero, de que serve ter todo o primeiro cuberto se non o disfrutas plenamente? Non sei, non sei...

    Un bico, grande, grandísimo... estou aquí para o que queiras. Pronto chegará o desxeo e as fermosas flores primaverais ergueranse solemnes entre as folerpas opresoras.

    ResponderEliminar