El motivo de que estemos aquí es el dolor. El dolor y la necesidad de ocultárselo a la persona que lo provoca. Ya sea por no hacerle daño, o por no admitir que nos están desgarrando las entrañas. Nos hemos reunido aquí para desahogar la pena que nos araña el corazón.


viernes, 31 de diciembre de 2010

Silencio


Las palabras que no te digo se me atraviesan en la garganta y me asfixian completamente. Creo que me va a estallar la cabeza. Creo que me estoy volviendo loca. O quizás tan sólo un poco bipolar. Estoy bien, no estoy nada bien... Estoy feliz, estoy profundamente triste... Me lo paso bien, lo paso fatal... Y todas las palabras se atragantan, se retuercen y rascan al bajar de vuelta por la garganta. El silencio me quema, tu silencio me quema. Las palabras que no me dices, sean las que sean, me ensordecen. Se me clava una aguja enorme por cada segundo que pasa sin saber de ti, sin ser capaz de hablar contigo, sin poder arreglar nada, sin volver siquiera a donde estábamos al principio... Ya es imposible. No sé siquiera si será posible que podamos ser amigas... Porque no sé qué puedo darte. No sé qué puedo hacer para no equivocarme más contigo. Cada paso que doy, cada paso que no doy, cada momento en que decido, cada momento en que te dejo decidir... Cada vez que te miro, que te pienso, que respiro, me estoy equivocando contigo.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Concentración


Octavo intento de concentrarme. Cojo los libros, los pongo ante mí, empiezo a pensar en el tema y cuando me doy cuenta, los libros han desaparecido y en mi pensamiento sólo está ella. Al menos no se lo digo, al menos no me rebajo tanto como antes. Espero, simplemente espero para ver si es capaz de demostrar que le importo un poco más de lo que esta situación me obliga a creer. Pero no llama, supongo que hasta me culpa por no decirle que sí que tengo conexión a internet... ¿Cuándo? Si antes de que pudiese hacerlo fue cuando se dedicó a ensalzar el silencio. "Pero no el tuyo". ¿Ah, no? Si hablo, la cago; si callo, también. ¿Cómo no me di cuenta de que contigo no puedo acertar? ¿Cuántas veces me he equivocado ya? ¿Aluna vez he hecho algo bien? Puede... Pero sólo recuerdo las discusiones, los malos momentos, lo lejos que estás de mí (sobre todo cuando nos acercamos físicamente). Me siento como un puñetero gusano de mierda que no vale para nada. Me siento inútil, me siento un cero a la izquierda incapaz de pensar o hacer nada más que pensar en ti... Y sé que tú no querías esto... Mierda, que ELLA no quería esto... Me fue avisando, tuvo tiempo de retirarse, pero yo, como siempre, me lancé de cabeza en el pozo intentando alcanzarla... Pero bueno... Es como soy, es lo que hay... Siempre he sido una idiota y esas cosas no se cambian fácilmente.

Así que cojo el libro, lo abro, destapo la pluma y se me seca la tinta en la punta de no moverla... ¿Otro día más decepcionándome a mí misma? Sí, probablemente sí...

Menuda mierda...


martes, 28 de diciembre de 2010

Ella


He descubierto que no puedo hacer mucho más que pensar en ti o intentar distraerme para no hacerlo. Cada vez que cojo un libro e intento estudiar, mi mente se escapa a imaginar qué estarás haciendo tú. Porque es martes, estarás trabajando... Y me pregunto estúpidamente si pensarás en mí. Hay dos respuestas. Hay dos posibilidades. Sí, lo haces, pero jamás me lo dirás. No, no lo haces, y soy una idiota por querer creer que sí.

Si he de ser sincera, no quería hacer de esta entrada un "para ti". Pero siempre que pienso en ella, que quiero hablar de ella, acabo escribiéndole a ella. Ella, ella, ella... Siempre ella. No en vano le dije una vez que había colonizado mis pensamientos. ¡Qué cierto resulta ser lo que digo, por intenso o por exagerado que parezca!

Lo admito, tengo que admitirlo: estoy dolida, estoy MUY dolida. Porque sé perfectamente lo que siento, porque siempre lo he sabido, porque he luchado por ello por difícil o imposible que pareciese... Pero cuando la cosa trata de dos, las cosas se complican. ¿Puedes seguir luchando cuando la otra persona te deja claro que ya has perdido? O mejor... ¿Puedes seguir luchando cuando la otra persona actúa como si ya hubieses perdido pero sus palabras te dicen que no es así? ¿Por qué sigo mirando hoteles para ir hasta allá si sé que no le haría gracia la sorpresa y preguntando nunca me daría el permiso? ¿Por qué sigo dándole vueltas a la cabeza, por qué no puedo dejar de pensar en ella, por qué no puedo dejar de recordar sus labios si sólo los he probado en contadas ocasiones y la última hace más de medio año? ¿Por qué se me ha colado tanto en el alma esta persona? ¿POR QUÉ?

Pero no hay respuesta y las preguntas danzan por el aire como cuchillas afiladas que me muerden la piel cuando intento concentrarme. "La globalización es un proceso... ¿Pero por qué no me llama si dijo que quería hacerlo?". Sólo puedo seguir intentándolo. Quizás fue un error... Quizás tenía que haberme encerrado en mi mundo cuando tuve la oportunidad y no haber dejado entrar a nadie... Y menos a alguien que podía afectarme tanto, algo que supe desde que la leí por primera vez... Supongo que no puedo evitar esa elevada dosis de masoquismo que me posee de vez en cuando. Y a pesar de haber eliminado todas sus imágenes de los alrededores, la peor, la que más perdura, es la que hay en mi cabeza. Y de esa no puedo deshacerme...

A veces siento el impulso de gritarle que nadie va a quererla como lo hago yo. Tengo ganas de decirle que si no puede estar conmigo, no podrá estar con nadie. Quiero explicarle que daría cualquier cosa y que nadie más en su vida lo hará... Pero no lo hago... No lo hago porque sólo es rabia... No lo hago porque sólo serviría para hacerle daño y eso es lo último que he querido nunca con respecto a ella. No lo hago porque es mentira... Porque sé que si hemos llegado a este punto, es porque yo no soy la persona que puede penetrar en lo más profundo de su alma acorazada para que olvide todo por amor. Lástima que ella sí haya desarmado mis defensas... Así que simplemente le hago caso... El silencio es la mejor opción.


 

Bulimia sentimental.


Me ha sido infiel. Lo ha hecho. Después de tres putos años se ha dignado a engañarme. Como no, con su ex. Como decirlo...ha liberado tensión sexual no resuelta con una ex ocupante de su catre ¡Qué noble actuación! Ponerse de parte de los más necesitados (aquellos que llevan dos años y pico sin follar) y ofrecerles tu cuerpo para sus necesidades más apremiantes. Imbécil de mí. Soberana imbécil. Fui yo misma quien le propuse una hermosa e idílica amistad con la malfollada. Fui yo la que la incitó a recuperar el contacto con una persona tan importante en su vida. Ya tenía una "x" marcada en la frente indicando el lugar exacto en el que debía situarse la cornamente en sí. Ingenua. Una ingenua superlativa.

Lo peor de todo es que no he superado esta etapa de candidez infantil. La sigo queriendo, locamente. Más todavía si eso es posible. Arrebatadoramente ¡Oh, Dios, sí! ¡Dadme un flagelo! Tengo instintos masoquistas, me gusta que me arranquen el corazón y me lo tiren a la cara. Sólo falta que me descuartice.

Así que la aquí presente ha decidido no hablarle. No al menos hasta que ella lo haga y tras cuatro días no puedo más. Me vuelvo débil por segundos. No puedo evitarlo. Su no-presencia es como una descarga cáustica que me desgarra las entrañas. No tendría que ser así. No es lo propio, no es lo debido. Ella me ha hecho daño a mí y yo debería erigirme como una diosa déspota e infame ante su presencia minúscula. Elevarme sobre su inmundo atrevimiento y ser superior al dolor que pueda causarme. Ser intocable. Infranqueable. Irrebasable. Debería... pero no puedo. Me inyecto su mirada en las venas. Cada mañana al levantarme me recorre una sobredosis de cobre, de miel, de ámbar incandescente que me deja en carne viva. Ingiero su imagen. La empujo hasta el fondo de mi estómago. Indigesta. La meto en mis entrañas para despues vomitarla, vomitarla una y otra vez en esta eterna bulimia sentimental.

Atenea. Deusa da inxenuidade

domingo, 26 de diciembre de 2010

Estafando a mi corazón


A veces creo que soy yo la que malinterpreto las cosas. Luego nunca me atrevo a decir nada, a comparar impresiones... No me atrevo porque no quiero echar nada en cara, no es lo que deseo. Pero me pregunto una y otra vez si realmente había lo que yo he visto o me lo había inventado... Siempre me pasa lo mismo con todas las mujeres que han pasado por mi vida. Yo tengo una visión y ellas otra muy distinta.

La primera chica de la que me enamoré estuvo una semana liada conmigo, aún siendo hetero, sólo por probar... Y luego le fue contando a todo el mundo que yo me había inventado que nos habíamos liado, dejándome de mentirosa antes de que pudiese abrir la boca. Llegué a creer que me lo había imaginado todo, que sólo habían sido sueños demasiado vívidos de lo que más deseaba. Aún a día de hoy me cuesta identificar la realidad de aquella época...

Mi primera ex me explicó amablemente por qué se había acabado nuestra relación. Según ella no tuvo nada que ver el hecho de que yo no quisiese ser el segundo plato de nadie ahora que ella se había enamorado de otra que estaba lejos y con la que quería seguir teniendo "algo" mientras continuábamos nuestra relación como siempre. No, en realidad lo que acabó con nuestra relación fue la rutina. Hacía tiempo que todo era igual en nuestra vida (vaya, podría habérmelo dicho antes y quizás lo habría hecho distinto, habría dejado de darle todo lo que me pedía como una idiota).

Más tarde una chica que decía darme tiempo para superar la relación con mi ex me echaba broncas por no llamarla más por teléfono (gastaba alrededor de los 50€ al mes sólo en hablar con ella a 1 céntimo el minuto). Y cuando la dejé, diciéndole que no estaba a su altura, que no podía darle lo que me pedía, me dijo que estaba arruinando la historia más bonita del mundo por no darme cuenta de que ella me quería muchísimo y que estaba siendo muy, pero que muy paciente conmigo...

Luego una chica argumentó que no quería estar con nadie (curioso que la primera vez que se acostó conmigo acabase pidiéndome en pleno orgasmo que me casase con ella) y después empezó una relación con otra conocida. Las típicas de "no quiero estar con nadie" y al día siguiente tienen novia... Eso es habitual... Muy habitual...

Y ahora... ¿Realmente hubo motivos para que yo creyese que esa mujer llegaría a estar conmigo? ¿En algún momento vi que entregaba más por mí de lo que nadie había dado nunca? ¿Fueron sólo impresiones mías? ¿Y los mensajes? ¿Y las conversaciones por msn hasta las tantas de la mañana? ¿Y las charlas de horas por teléfono en las que a las dos nos costaba colgar? ¿A dónde se ha ido todo eso? ¿Qué ha pasado? Y al preguntarle recibo como respuesta que eso quiere decir que siente más todavía... ¿De verdad? ¿Y luego qué pasó? ¿Que al sentir tanto se fue todo a la mierda? ¿Ardía tanto que se quemó enseguida?

La gente tiende a decirme que soy intensa, que exagero, que no puedo sentir todo lo que estoy diciendo... Pero, ¡oh! sí lo siento... Lo siento más de lo que cuento... Lo siento de tal forma que en ocasiones creo que me va a reventar el pecho... Y por esta mujer, siento que mi alma entera se ha volcado hacia ella, hacia lo que me hace sentir... Y siempre se lo he dicho así... Ella me decía que había ciertas cosas que no podía decirme... Pero acabó pronunciando muchas de ellas... Aunque cada vez menos... Como si cada vez costase más en lugar de menos...

Pero seamos realistas... Annette, eres tú la que se equivoca, eres tú la que entiende mal... Tu perspectiva de la vida, de la gente, de los sentimientos, está distorsionada. No puedes juzgar al resto del mundo como te juzgarías a ti misma... No eres como ell@s. Eres demasiado diferente. Cuanto antes lo aceptes, antes te darás cuenta de que vas a pasar sola gran parte de tu vida... Así que céntrate en tu trabajo, en tus historias, en tus amigos y familia... En lo que quieras, menos en tener a una pareja estable para el resto de tu vida. No tengas tantas ganas de que te partan el corazón en mil pedazos...


viernes, 24 de diciembre de 2010

Recién nacido


Antes de nada, feliz Navidad a todo el mundo.

Siempre he criticado a la gente que borra su blog y comienza otro para librarse de la gente a la que ha ido acumulando y ante la que ya no puede escribir. Y ahora soy una de esas personas. Pero quizás sea mejor así, empezar de cero y romper con todo. Eso he intentado. He dejado mis paredes desnudas de recuerdos para comenzar de nuevo sin arrastrar conmigo a ninguna mujer que no quiera estar a mi lado. Suena duro, y realmente no debería... Por ser el primer día, os contaré una pequeña historia.

Conocí a una persona impresionante. Una chica dulce y maravillosa, tan humilde que nunca se quiso creer cómo la veía yo. Al principio todo fue muy intenso para ambas. El habernos encontrado, el conocernos poco a poco, la idea de llegar a vernos en persona... Pero después de los primeros encuentros las cosas se torcieron, la imposibilidad de dar más de cada una de las dos se fue notando y al final nos perdimos en una espiral de aguante sin sentido. Y ahora hay que saber dar un paso atrás. Pero es tan difícil. Porque cometí el error que siempre cometo... Me enamoré como una tonta. Así que aquí estoy, abriendo un nuevo blog para evitar que mis palabras le hagan daño, para poder desahogarme sin que nadie sepa si es ella la causa de mis penas o no...

Miro las paredes y en un día como hoy, en el que he vuelto a casa como los turrones, en el que estoy con los que siempre me apoyan y siempre me querrán, que debería ser más feliz que nunca, no puedo dejar de pensar en ella. Y cuando lo hago, soy consciente (sobre todo en fechas como esta) de lo imposible que fue siempre todo entre nosotras. Y me negué a verlo. Me negué a verlo porque nunca en mi vida había sentido lo que esa mujer me provoca. Pero bueno... Ajo y agua, que se suele decir. Al menos desde aquí puedo liberarme de todos los malos sentimientos sin clavarle más el puñal en la herida a ella. Porque lo que más me duele es equivocarme en mis impresiones siempre y acabar haciéndole daño. Así que a partir de ahora me niego a que vuelva a pasar.

A partir de hoy, intentaré darle un "Adiós" a mis sentimientos por ella y convertirlos en lo que sea que ella necesite. Convertirlos en a amistad y el apoyo que realmente le hace falta.