El motivo de que estemos aquí es el dolor. El dolor y la necesidad de ocultárselo a la persona que lo provoca. Ya sea por no hacerle daño, o por no admitir que nos están desgarrando las entrañas. Nos hemos reunido aquí para desahogar la pena que nos araña el corazón.


viernes, 24 de diciembre de 2010

Recién nacido


Antes de nada, feliz Navidad a todo el mundo.

Siempre he criticado a la gente que borra su blog y comienza otro para librarse de la gente a la que ha ido acumulando y ante la que ya no puede escribir. Y ahora soy una de esas personas. Pero quizás sea mejor así, empezar de cero y romper con todo. Eso he intentado. He dejado mis paredes desnudas de recuerdos para comenzar de nuevo sin arrastrar conmigo a ninguna mujer que no quiera estar a mi lado. Suena duro, y realmente no debería... Por ser el primer día, os contaré una pequeña historia.

Conocí a una persona impresionante. Una chica dulce y maravillosa, tan humilde que nunca se quiso creer cómo la veía yo. Al principio todo fue muy intenso para ambas. El habernos encontrado, el conocernos poco a poco, la idea de llegar a vernos en persona... Pero después de los primeros encuentros las cosas se torcieron, la imposibilidad de dar más de cada una de las dos se fue notando y al final nos perdimos en una espiral de aguante sin sentido. Y ahora hay que saber dar un paso atrás. Pero es tan difícil. Porque cometí el error que siempre cometo... Me enamoré como una tonta. Así que aquí estoy, abriendo un nuevo blog para evitar que mis palabras le hagan daño, para poder desahogarme sin que nadie sepa si es ella la causa de mis penas o no...

Miro las paredes y en un día como hoy, en el que he vuelto a casa como los turrones, en el que estoy con los que siempre me apoyan y siempre me querrán, que debería ser más feliz que nunca, no puedo dejar de pensar en ella. Y cuando lo hago, soy consciente (sobre todo en fechas como esta) de lo imposible que fue siempre todo entre nosotras. Y me negué a verlo. Me negué a verlo porque nunca en mi vida había sentido lo que esa mujer me provoca. Pero bueno... Ajo y agua, que se suele decir. Al menos desde aquí puedo liberarme de todos los malos sentimientos sin clavarle más el puñal en la herida a ella. Porque lo que más me duele es equivocarme en mis impresiones siempre y acabar haciéndole daño. Así que a partir de ahora me niego a que vuelva a pasar.

A partir de hoy, intentaré darle un "Adiós" a mis sentimientos por ella y convertirlos en lo que sea que ella necesite. Convertirlos en a amistad y el apoyo que realmente le hace falta.

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